La adaptación folclórica que voy a llevar a cabo estará
destinada principalmente para niños con edad comprendida entre siete y ocho
años.
"Toda clase de pieles"
Había una vez,
hace muchos, muchos, años, en un reino muy lejano, un rey y una reina jóvenes
recién casados, el rey se llamaba Juan y la reina Aurora. Su amor era
incomparable al de los otros reyes.
Uno de sus mayores deseos era poder tener una hija, y así
fue, del fruto de su amor nació una princesa muy guapa, a la que pusieron por
nombre Violeta.
A pesar de que la reina Aurora era muy joven, hubo problemas
en el parto, que poco a poco provocaron su muerte. Sin embargo, antes de morir,
pudo despedirse de su fiel marido. Le dijo que guardará una cadena de oro con
dos colgantes, una medalla de la virgen y su anillo de boda, para que se lo
diera a su preciosa hija, de forma que así siempre sabría que su madre la
querría. El rey Juan, triste y desolado, acepto cumplir la promesa de la reina.
Pasaron los años, y el rey Juan seguía entristecido, pues el
recuerdo de su bella mujer seguía estando presente, y más aún cuando observaba
a su pequeña y preciosa hija Violeta, que era tan guapa como su madre. Esta tristeza
provocó el encierro del rey y de toda su familia, cosa que no gustó a nadie,
pues mandó cerrar las puertas del castillo y ordenó que nadie podría salir
hasta nueva orden.
Siguieron pasando los años, y el deseo de Violeta por salir
del castillo era cada vez más fuerte, quería probar otro tipo de vida, hablar
con gente distinta. Quería mucho a su padre, pero pasar tanto
tiempo con él se estaba convirtiendo en una tortura. Entonces Violeta habló con
su progenitor, le dijo que quería salir, conocer mundo. Sin embargo, el rey Juan
siguió tan cabezota como siempre, le dijo que nadie podría salir del castillo,
pues ahora nadie conocía los peligros del reino y dejarla salir supondría
perderla para siempre. Para que a Violeta se le fuera la idea de la cabeza, el
rey Juan le dio el colgante de su madre, y le dijo que lo guardara como su bien
más preciado.
Violeta aceptó el colgante, pues añoraba mucho a su madre.
Sin embargo, el no poder salir lo seguía viendo como una obligación, la estaba
reteniendo en el castillo sin ningún motivo, pues ella ya tenía la edad
suficiente para defenderse sola.
Violeta insistía e insistía, pero no conseguía convencer a su
padre de que la dejase salir. Entonces, astuta, le pidió a su padre tres
regalos, pues así podría acompañar a los costureros a comprar todo el material
necesario. Esos tres regalos fueron: un vestido tan dorado como el sol, otro
vestido tan plateado como la luna y un abrigo de toda clase de pieles. Sin
embargo, nada sucedió como planeaba, pues el rey Juan siguió en sus trece de no
dejarla salir.
Enfadada con su padre, Violeta
decidió fugarse en cuanto obtuvo los regalos, pues ya no aguantaba más y quería disfrutar la
vida que su padre le había arrebatado. Para que su padre no se lo impidiera, se
escapó del castillo durante la noche, llevándose consigo la cadena de su madre,
los dos vestidos y el abrigo de toda clase de pieles. Decidió dormir durante el
día y caminar durante la noche por los bosques con el abrigo de toda clase de
pieles para camuflarse, pues así su padre no la encontraría fácilmente.
Sin embargo, no todo iba a ser pan comido, pues la princesa
oyó ruidos que la hicieron creer que su padre la había encontrado. Intento
esconderse, pero unos cazadores la encontraron igualmente. Entre los cazadores,
la princesa se dio cuenta de que había un príncipe, el príncipe Felipe, pues
sus ropas y su porte lo delataban. Los jóvenes cazadores, al ver el degradado
aspecto físico de Aurora, decidieron llevarla al castillo en el que vivían. La
princesa aceptó sin dudarlo, pues había surgido en ella un gran interés por
conocer al príncipe, quizá con él encontraría una vida nueva.
Una vez en el castillo, los sirvientes le ofrecieron ropa
nueva para poder quitarse el abrigo de toda clase de pieles, pero ella se negó,
ya que quería ocultar su categoría de princesa, pues creía que así su padre no
la encontraría y podría conocer mejor al príncipe Felipe, por lo que decidieron
llamarla "toda clase de pieles".
Los sirvientes del castillo la ofrecieron trabajar como ayudante
de una de las criadas del castillo. Ella aceptó sin problemas, pues su nuevo
objetivo en la vida era experimentar otra clase de vida y conocer todo tipo de
gente, y así podría saber más cosas del príncipe Felipe.
Pasaron los días, y se anunció la celebración de un baile que
duraría dos días para que el príncipe pudiera encontrar a su futura esposa.
"Toda clase de pieles" emocionada por poder conocer
a Felipe, convenció a la sirvienta a la que ayudaba para que la dejará acudir
al baile diciéndola que nunca había visto uno. La criada aceptó, poniéndola
como condición que regresará pronto, pues debería preparar la chimenea de la
habitación del príncipe antes de que se fuera a dormir.
Ella fue corriendo a su cuarto, se limpió las manos y la cara
y se puso el vestido tan dorado como el sol. Cuando entró en la sala de baile,
la gente se quedo asombrada por su belleza, y empezaron a preguntarse quién
sería, pues nadie la conocía. Felipe, al verla, también se quedó conmovido y la
invitó a bailar.
Después de varios bailes juntos, la muchacha se dio cuenta de
que se estaba haciendo tarde y se fue corriendo. Ella volvió a su habitación, se
puso el abrigo de toda clase de pieles, se tiznó la cara de nuevo y fue a la
habitación del príncipe para preparar la lumbre. Cuando terminó, dejó la medalla de la virgen de su cadena sobresalir de la almohada de la cama del príncipe.
El príncipe al llegar a su habitación vio que algo brillante sobresalía de la almohada de su cama, era una medalla de la virgen con una pequeña mancha de carbón, le resultó conocida y cayó en la cuenta de que se parecía
mucho a la medalla que llevaba colgada la doncella con la que había bailado,
así que la guardó y se fue a dormir.
En la segunda noche de baile, ocurrió lo mismo que la noche
anterior, pero esta vez "toda clase
de pieles" llevaba puesto el vestido tan plateado como la luna.
El príncipe al verla de nuevo, fue directamente hacia ella y
bailo toda la noche con ella. En un momento, el príncipe cogió a la princesa de
las manos y sin que ella se diese cuenta, le colocó un anillo en uno de sus
dedos. Violeta volvió a desaparecer, pues se había hecho tarde. Regresó a su
habitación corriendo, se puso el abrigo de toda clase de pieles por encima del
vestido y se fue a la habitación del príncipe para preparar la lumbre. Cuando
terminó, dejó el anillo de compromiso de su madre sobresalir de la almohada de la cama del príncipe.
Antes de que Violeta pudiera salir, el príncipe entró
rápidamente y le indicó que permaneciera en la habitación con él, pues quería
saber cómo iban las cosas por palacio. En ese momento, el príncipe volvió a
notar algo brillante cerca de la almohada, se acercó con disimulo y vio que
era un anillo manchado con un poco de carbón.
Felipe empezó a preguntarla cosas, observándola de arriba
abajo, dándose cuenta, por la forma de hablar, de que era la joven con la que
había bailado. Cuando el príncipe le enseñó el anillo que acababa de encontrar,
le preguntó a Violeta si sabía de dónde había salido el anillo, y ella
respondió que no sabía.
Así que el príncipe Felipe le dijo a Violeta que el anillo
que se acababa de encontrar tenía un compañero, que era el que ella llevaba en
su mano y que esperaba que significaran lo mismo. Violeta se sorprendió al ver el
anillo en su mano, pues no se había dado cuenta de que el príncipe se lo había
puesto. El príncipe le dijo que, a pesar de que su forma de hablar la había
delatado, el anillo le había servido como prueba.
También la dijo que era la esposa con la que siempre había
deseado casarse, y que si ella aceptaba la petición de casarse con él, la haría
la princesa más feliz del mundo. Sellaron su compromiso con un beso de amor
verdadero, y vivieron felices por siempre jamás.
FIN
¿Qué he cambiado?
- He modificado el motivo por el que huye la princesa, el incesto, que el padre quiera casarse con ella no es algo natural. Por lo tanto, he escogido como motivo de huida el hecho de que quiera conocer mundo y ayudar a otras gentes, darse a los demás. Este motivo puede estar relacionado con el desarrollo moral, pues a la edad de los 7 u 8 años, los niños poseen un concepto de moralidad absoluto, es decir, comienzan a tener principios individuales de conciencia, obligaciones contractuales.
- He eliminado una de las promesas de la madre, pues al haber quitado el motivo del incesto, no veía necesario mencionar la promesa de que el rey necesitaba casarse con alguien más bella que ella.
- También he eliminado uno de los vestidos y un encuentro con el príncipe para hacer el cuento un poco más corto, pues a la edad de 7 u 8 años es conveniente que los cuentos sean cortos, ya que de lo contrario se harían muy pesados para los niños.
- He puesto nombres a los personajes del cuento, puesto que hasta 3º de E. Primaria se deben poner nombres, para que así los niños tengan una forma de denominarlo o para darles una idea de cuál será el papel del personaje en la historia.
- He cambiado el hecho de trabajar con el cocinero, por trabajar como ayudante de sirvienta, de tal forma que los niños de entre 7 y 8 años vean que todas las clases sociales son buenas, pues la princesa acepta el trabajo porque quiere experimentar el hecho de estar en otra clase social, de vivir otro tipo de vida. De esta manera, los niños podrán aprender a respetar a todo el mundo, pues la funcionalidad de los cuentos folclóricos es hacer que los niños quieran jugar a ser los personajes del cuento.
- He cambiado el acto de poner los objetos del colgante en la sopa, por ponerlos cerca de la almohada, pues los niños de entre 7 y 8 años verán más común dejar las cosas sobre cualquier objeto/lugar que en un plato de comida.
¿Qué he mantenido?
- El hecho de que la madre muere.
- Una de las promesas de la madre.
- El colgante de la madre, con la medalla de la virgen y el anillo de su boda.
- Los vestidos, solo dos, y el abrigo de toda clase de pieles.
- Los cazadores que la encuentran en el bosque y la llevan al castillo.
- El hecho de trabajar en el castillo, aunque en mi adaptación trabaje como ayudante de criada.
- El darse a conocer al príncipe en el baile.
- El deseo del príncipe de casarse con Violeta/ "toda clase de pieles".
- La aceptación por parte de Violeta de casarse con el Príncipe.
La razón por la que no he querido
cambiar ninguno de estos aspectos es debido a que los considero bastante importantes
para el desarrollo de la historia, ya que sin el colgante o sin los vestidos no
habría ningún hilo de conexión entre el príncipe y la princesa.
Tampoco he querido cambiar algunas de
las diferentes acciones que llevan a la princesa al castillo del príncipe, pues
he creído oportuno utilizarlas para seguir el hilo de mi adaptación, aunque
luego estén argumentadas de manera diferente.
Entre otras muchas razones, cabe
destacar el hecho de que los acontecimientos mantenidos en mi adaptación
concuerdan con la edad sugerida al principio, 7 u 8 años, pues a estas edades
los niños tienen interés por los cuentos folclóricos y maravillosos, cuentos
que le presenten finales felices y justos, que le permitan desarrollar su
capacidad para percibir detalles.
Webgrafía
- Teoría del bloque 2
- Cuadros de teoría (Luvit)
Perfecto.
ResponderEliminar